Conformar una totalidad

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Nos dice la Real Academia que integrar sería, referida a personas o cosas, algo así como constituir un todo.

Integrarnos como grupo para esto o aquello, integrar un equipo deportivo, un grupo de poesía, un grupo de reflexión, un taller de teatro. Integrar es, de algún modo, conformar una totalidad de algo.

A mí, particularmente, me atrae mucho la palabra y el concepto “constituir”, estar constituido.

En realidad, cuando nos preguntamos sobre quiénes somos (tal vez la pregunta más difícil de contestar para los habitantes de Occidente), aparece una suerte de infinidad de cosas, cuestiones, situaciones, personas, sentimientos, vivencias, acontecimientos, emociones, lugares, etc., que integran a ese ser que somos, que constituyen a ese ser que somos. Incluido lo que siento mientras estoy escribiendo este artículo.

El que soy, es un compendio de todo lo que describí y mucho más.

Integro un todo como persona, estoy constituido por un todo de lo ocurrido y percibido y sentido desde el instante en que vi la luz.

El todo está constituido por sus partes, está integrado por cada una de sus partes.

La Terapia Gestáltica indica que el Todo es más que la suma de sus partes, cuestión que sería muy interesante analizar en otro escrito.

Por lo tanto, podemos decir que integrar y constituir se asemejan bastante porque, como dijimos al principio, integrar sería constituir un todo.

En mi libro Yo soy los otros, publicado en 2015, manifesté que estoy integrado por todas las situaciones que atravesé, por todo lo que recibí, ya sea abrazos, miradas, besos, caricias, golpes, empujones, manifestaciones sentimentales, físicas, percepciones, acontecimientos, dolores, malestares, bienestares, felicidades, tristezas, logros, pérdidas, triunfos, derrotas… En fin, por todo lo que me aconteció juntamente con las vivencias de ese cúmulo que atravesé mientras ejercí la existencia.

Así pues, esa inmensidad que es el ser persona, el Ser Humano, está constituido por todo lo que se fue integrando dentro de él a lo largo de la vida.

Y por supuesto que estaremos, también, constituidos por la escritura y la lectura, y por lo que percibimos y sentimos al hacerlo.

Las distintas partes de la sociedad, las distintas comunidades y sectores, necesitan integración y, si lo llevamos al planeta, también sería bueno que pudiéramos integrarnos, sumar y poder llegar a sabernos hermanos, compañeros de ruta existencial.

Están, por supuesto, las identidades, las distintas maneras de ejercer la vida, las costumbres diferentes, los modos y modalidades de hacer todo lo que se hace cuando vivimos en una sociedad.

Están las distintas religiones, las distintas maneras de vincularse con la Deidad, con la Divinidad, o con las divinidades. Hay quienes creen en un solo Dios, y hay quienes creen en muchos, hasta miles, como en la India.

También están los que no creen o no aceptan la existencia de un Ser superior.

Sería magnífico lograr algún tipo de integración entre las personas que profesan diferentes religiones, respetando a los demás, aun sosteniendo creencias distintas.

Mucho se hace y se hizo en este y otros aspectos.

Podemos mantener las cualidades y características de cada grupo, o intercambiar y sumar alguna particularidad.

Referente a los modos de vivir, de alimentarnos, de intercambiar y comunicarnos, también sería beneficiosa la integración o algún tipo de acercamiento, que pueda profundizar lo ya hecho.

El mundo postmoderno o más allá, el mundo techie, el actual, el que conocemos, hace años que está en un proceso de integración multicultural, que seguramente nos beneficiará.

Espero que una suerte de acuerdos paulatinos y crecientes nos permita ir otorgando algún grado de protección contra la aparición de esas disputas que puedan llegar a lo atroz de las guerras.

Si aceptamos al diferente y empezamos a revisar qué cuestiones nos acercan y qué cuestiones nos alejan del otro, tendríamos trazado un posible camino a integraciones maduras y sanas.

Claro que, para esto, se necesita revisarse como individuos y como grupos, como comunidades.

Revisar palabras, actitudes, acciones, comunicaciones, intereses.

Convivimos en la nave Tierra; somos millones de personas, desde los más individualistas a los más integralistas.

Hay diferencias de idioma, de cultura, de fortaleza económica, de poder de distintos tipos.

Por eso integrar es una palabra por demás amigable, que nos convoca a la suma, que nos convoca a la creatividad.

Si tan sólo pudiéramos corrernos un poco de nosotros mismos, como individuos y como grupos, etnias, culturas, idiomas, estatus, y alcanzar la posibilidad de apreciarnos desde lejos, como observadores externos, sería una verdadera maravilla.

Si el Ser Humano se viera desde una nave espacial, muchas veces se horrorizaría de lo que hace, de lo que construye.

Es siempre, a todas luces, un ejercicio magnífico colocarse en el lugar del observador.

Ponerse en una tercera posición, tomar una distancia adecuada, y advertir las maneras en que nos conducimos con nosotros y con los otros.

Si nos pusiéramos a trabajar o a emprender la tarea de encontrar aquello que nos acerca, estoy seguro de que la lista a la que llegaríamos sería larguísima.

Para ello es necesario una predisposición al encuentro, haciéndonos fuertes en los beneficios que nos traería un acercamiento integrativo.

A veces el integrar se toma como mezclar y no creo que sea del todo necesario.

Podemos no mezclar, podemos sumar diferencias encontrando puntos de coincidencia.

Podemos mezclar algo y mantener cuestiones con diferencias respetadas, siempre que pongamos lo positivo y lo que nos hace comunes, prójimos, por encima.

Si tomamos distancia, es imposible no percibir que somos compañeros de camino, es imposible no darnos cuenta, que somos viajeros de la existencia.

Compartimos nada más y nada menos que los grandes misterios, con sus distintas maneras de apreciarlos y tratarlos.

Compartimos el inicio, el tránsito y el final.

Nada hay fuera del camino en común por esta tierra.

Integrar, integrarnos, es por esa razón el objetivo común y virtuoso de la raza humana.

Si tan solo pudiéramos encontrar la forma de neutralizar a esos personajes que nos empujan a los abismos, y evitar que hagan ese trabajo que destruye, estaríamos mucho mejor.

Tal vez sería extraordinario aunar esfuerzos para facilitar las maneras de integrar y obstaculizar las de separar y destruir.

Es que no son tantos los que destruyen, y en cambio sí somos una inmensa mayoría los que queremos sumar, construir e integrar.

El Ser Humano tiene la suerte de saber revisarse y observarse.

Nuestro intelecto y nuestra sensibilidad es gigante y puede lograr aquellas cosas que, a priori, suenan como imposibles y, aun así, alcanzarlas.

Vamos por ahí.

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