“¡Ay, la primavera! El olor a hierba fresca que penetra por las fosas nasales, la resplandeciente luz del sol que se cuela entre las persianas por la mañana para despertarte de forma natural, mientras la humedad del rocío limpia los problemas del día anterior”, dice Sarah Ivens al inicio del capítulo “Limpieza primaveral” de su libro Terapia del bosque (Editorial Urano).
Sí. Está por llegar (¡al fin!) la primavera. Y de a poco el aire se volverá más fresco y ligero, los días serán más largos, el clima más cálido, las flores abundarán por doquier e impregnarán su aroma en jardines, mesas de trabajo y balcones, y todo esto hará que aumenten nuestras ganas y alegría.
¿Por qué es tan especial este tiempo del año? Ivens dice que cuando una estación es tan verde y frondosa, fresca y aromática, fértil y maravillosa, lo justo es que se celebre y se admire. Además, destaca que es un momento para decirle adiós a lo viejo y darle la bienvenida a lo nuevo (física, mental y emocionalmente).
“La primavera es una época con más luz y con temperaturas más altas, dos cosas que nos revolucionan por completo. La tierra cobra vida de nuevo, y sentimos que nosotros también. Aprovechar su poder natural significa sentir la capacidad de crecer y florecer de la cabeza a los pies”, reflexiona. Y se hace una pregunta: “¿Cómo podemos aprovechar los maravillosos recursos de esta estación para mejorar nuestra vida, felicidad y relación con el resto del mundo vivo?”.
A partir de ahí, da una serie de consejos que hoy queremos compartirles, para que empiecen a saborear los días que se vienen.
- Abrí las ventanas de par en par y dejá que entre el aire fresco. Juntá todos los elementos invernales que se apropiaron de tu casa hace unos meses (medias de lana, mantitas y velas), y reemplazalos por fuentes de fruta de temporada, jarrones con flores perfumadas y jardineras repletas de bulbos.
- Hacé un cambio radical en el placard. Si bien el clima seguirá un poco fresco y hay que conservar algunas prendas de abrigo, prepará el resto del ropero con colores primaverales. Podés comprar un pañuelo, un collar o unas medias, en colores que te saquen del negro, azul o gris del invierno. Un tip más: es tiempo de cambiar el perfume por alguno con aroma floral que te endulce la jornada.
- Tirá, arreglá o regalá. Tomate un día para ser sincera con vos misma sobre lo que necesitás de verdad. Como sugiere Marie Kondo, la gurú japonesa del orden, si algo no aporta alegría, ni posee un valor sentimental, ni tiene una utilidad real, podemos apartarlo de nuestra vida. Se trata de que esta estación deje sitio a lo fresco.
- Sentate con una libreta y un lápiz, a pensar sobre lo que querés (y ya no). Podés hacer una lista de cinco cosas para conseguir antes del verano, cinco para que mejoren en el próximo mes, y otras cinco para los fines de semana primaverales (comprar flores frescas cada viernes, dar un paseo todos los sábados, visitar un jardín nuevo los domingos). Hacer listas funciona porque nos ayuda a concentrarnos en lo que importa de verdad. También podés escribir sobre las cosas que querés dejar de hacer, pensar o preocuparte. La idea es reflexionar sobre los escenarios ideales, y dejarlos plasmados en un papel para ver cómo se siembran ellos mismos en tu realidad.
Limpieza primaveral del espíritu
“La casa y el armario ya están listos. Pero ¿qué hay de tu mente? Esta nueva estación es ideal para hacerte algunas preguntas profundas y llenas de significado”, dice Ivens. Y nos recomienda buscar un lugar tranquilo, donde podamos respirar hondo, sincerarnos y hacernos estas preguntas:
1. ¿Necesito cambiar alguna de las reglas por las que se ha regido mi vida hasta ahora? ¿Necesito decir que sí a todas las personas y los planes? ¿Necesito organizar cenas en mi casa cuando en realidad pienso que son estresantes y caras? Sin darnos cuenta, todos caemos en malos hábitos y limitaciones que nos hacen perder el tiempo, pasar momentos con personas que no nos caen bien o hacer cosas que no nos hacen felices. La clave está en analizar las reglas que nos hemos puesto a nosotras mismas y cambiar las que no nos gusten, para forjar una vida que nos haga más felices en esta primavera y en las estaciones que están por venir.
2. ¿Estoy preparada para probar cosas nuevas y superar mis límites? Conectar más a fondo con el mundo natural, hacer un picnic en el parque, una siesta al aire libre, dar una vuelta en bicicleta por la ciudad o bailar descalza en la playa (no sólo exfolia las plantas de los pies, sino también el alma).
3. ¿Cómo puedo estimular mi cuerpo y mi mente de una forma nueva y refrescante?
a) Cambiá tus amigos tóxicos (esos amargados por los celos, la ira, los ataques o la dependencia extrema) por otros nuevos que tengan intereses más en línea con los tuyos. Buscalos en un club de lectura, en un estudio de yoga, entre amantes de la naturaleza, en un grupo local de jardinería. En cualquier lugar donde te guste estar, o que te haga sentir mejor. Mientras avances en esta nueva estación, atraerás de forma natural a personas afines, que también aspiren a las cosas positivas de la vida. No te olvides de llevarte con vos a los buenos amigos que ya tenés.
b) Podés organizar una competición con vos misma en vez de competir con cualquier otra persona. Esforzarte para ser más feliz, mejor lectora, estar más sana o más descansada. Proponete retos que te hagan florecer como persona, y dejá de prestar atención a lo que hacen o tienen los demás.
c) Hacé algo nuevo cada día: ya sea hablar con alguien que no conozcas, salir a dar un paseo, tomar un café a solas, estudiar un idioma nuevo o cultivar plantas aromáticas en el balcón.
d) Encontrá un maestro. Sé un maestro. Buscá gente que te anime a sembrar ideas positivas y que quiera verlas crecer. Y hacé lo mismo vos por otra persona.
e) Enfrentate a un reto fisico y apuntá el progreso en tu agenda o diario. Por ejemplo, hacer cinco minutos de saludo al sol cada mañana, dar un paseo por una zona arbolada en la hora del almuerzo, nadar al aire libre cada domingo. Necesitamos del movimiento físico para tener claridad mental.
Para cerrar, te regalamos una breve práctica de mindfulness que está en el libro, para meditar sobre los nuevos comienzos de la primavera.
Cerrá los ojos y pensá en la persona que eras hace diez años. ¿Quién eras por aquel entonces? Ahora pensá quién eres en la actualidad. ¿Tu yo del pasado estaría orgulloso y emocionado de tu vida actual? ¿Qué le haría sentirse orgulloso? Date a vos misma un abrazo mental y felicitate por haber llegado tan lejos. Ahora, pensá en el futuro. ¿Quién serás dentro de diez años? Fijate algunos objetivos e imaginá que crecés, florecés y llegás a las copas de los árboles como un bulbo en el suelo, lleno de color y vida. Meditá sobre tres ítems que quieras poner en marcha. Abrí los ojos, y de a poco empezá a accionar sobre esas ganas.
Excelente propuesta !