Por Clementina Escalona Ronderos
Comenzó unos catorce años atrás. Por ese entonces, Joshua Fields Millburn (42) no se consideraba a sí mismo “un minimalista”. Más bien vivía de forma contraria. Habiendo nacido en el seno de una familia muy pobre de los Estados Unidos, tanto Joshua como su amigo desde la primaria Ryan Nicodemus, buscaron la felicidad en forma del éxito económico. Y lo encontraron. Una casa grande, autos de lujo, un sueldo alto y un buen puesto en una corporación, Joshua creía tener todo lo que siempre había querido. Pero en el mes de octubre de 2009 sufrió una doble pérdida: su madre falleció y su matrimonio llegó a su fin, ubicándolo en una de las encrucijadas más grandes (y cruciales) de su vida.
Como cuenta en su segundo documental Minimalismo: Menos es más, nominado al Emmy y disponible en la plataforma Netflix, al revisar las posesiones que había en la casa de su madre, Joshua comenzó a preguntarse por el verdadero valor de las cosas. ¿Por qué poseemos lo que poseemos? ¿Por qué conservamos tantas cosas que ni siquiera recordamos dónde están en la casa? ¿Qué es, realmente, lo esencial en la vida?
Unos meses después, cuando Ryan, su actual dupla minimalista, le preguntó a Joshua el motivo por el cual se lo veía tan contento, él respondió: minimalismo.

“El minimalismo es aquello que nos ubica más allá de las cosas para que podamos hacer lugar para las cosas más importantes de la vida que, en realidad, no son cosas”.
Pronto, ambos amigos se embarcaron en una aventura que hoy se ha convertido en el norte de sus vidas. No sólo dejaron sus respectivos trabajos y se mudaron de sus casas a otras más chicas, sino que empezaron a revisar cada una de sus posesiones materiales y preguntarse por el rol y el sentido que tenían en su vida. Este proceso los condujo a replantearse el uso del tiempo, las relaciones que sostenían y la forma en que elegían vivir y poco a poco se convirtieron en el conjunto que componen hoy: Los Minimalistas.
Actualmente, Joshua y Ryan brindan conferencias sobre la vida minimalista, además de contar con un blog (https://www.theminimalists.com), un podcast, varios libros de su autoría y dos documentales.
Desde el pequeño pueblo de Ojai, Los Ángeles, donde reside, Joshua Fields Millburn recibió la comunicación de Sophia con enorme agrado, para conversar y comprender en mayor profundidad de qué se trata este movimiento.
—¿Cómo explicás el “minimalismo”?
—El minimalismo trata de ir a la raíz de qué es lo esencial en nuestra vida y de preguntarnos cuáles son las cosas que le agregan valor. No se trata de no tener nada, todos necesitamos cosas. El problema es que muchas de las cosas que creemos que necesitamos, en realidad nos controlan. El minimalismo implica deshacerse de todo lo superfluo, para crear más espacio, más silencio, más quietud en nuestras vidas.
—¿Por qué pensás que tendemos a las prácticas de consumo en exceso?
—El consumismo es la ideología que dice que comprar cosas me va a hacer feliz o sentir completo, pero a menudo pasa lo contrario. Nos han dicho que tenemos una suerte de vacío interior que debemos llenar. Y entonces tratamos de llenarlo con cosas, relaciones, carreras y éxito. Eso crea todo este clutter [barullo] que no nos hace realmente felices; de hecho, hace lo opuesto: tapa la felicidad intrínseca que ya está dentro nuestro. La felicidad, la paz, la alegría, son nuestros estados internos originarios. El tema es que cubrimos todo eso con cosas.
«Solemos pensar que necesitamos tener una razón para ser felices, pero solo tenemos que darnos el permiso para serlo».
—Tanto Ryan como vos hablan constantemente de revisar nuestro “clutter”, una palabra para la cual no hay una traducción exacta y adecuada en español. (N. de la R.: Clutter puede traducirse como desorden, lío, barullo, algo enmarañado, etc.)
—Clutter es cualquier cosa que interfiera en el camino de tu alegría. Existen distintos tipos de clutter: mental, emocional, espiritual, psicológico, filosófico… Y luego también las relaciones tóxicas, las agendas saturadas. Cualquier cosa que no le esté aportando nada a tu vida, es clutter. Es un término relativo, porque para cada persona es distinto. Lo que es desorden para mí, quizás no lo sea para vos.
—Ambos, además, comenzaron a deshacerse de sus posesiones materiales y a partir de ahí fueron revisando otros aspectos de sus vidas.
—Nuestras posesiones materiales son una manifestación física de lo que está ocurriendo dentro de nosotros. Cuando empezamos a lidiar con el desorden en el plano físico, lo que hace es dejar lugar para que miremos dentro de nosotros.
—Insisten en encontrar el por qué a la hora de elegir deshacernos de muchas de nuestras cosas.
—La razón por la cual empezamos por esta pregunta, es porque los beneficios de simplificar son diferentes para cada persona. La pregunta central que cada uno puede hacerse es: ¿cómo puede mi vida mejorar con menos? Quitar el exceso deja lugar para una vida con mayor propósito, aunque depende de cada uno determinar qué hacer con esa nueva libertad.
—¿Por qué pensás que muchas veces no nos animamos a tomar decisiones en pos de esa nueva libertad? Sea ordenar la casa, cambiar de trabajo o dejar una relación que no nos hace bien.
—Tiene algo que ver con el miedo, aunque también con la comodidad; es el miedo a perder la comodidad. Cuando llevamos adelante algo significativo en nuestras vidas, usualmente es incómodo y ofrecemos mucha resistencia. Pero precisamente es en esa área donde más crecemos. Yo suelo hacerme dos preguntas, por ejemplo: ¿qué es lo peor que podría pasar si cambio de trabajo? Y la segunda, quizás más importante, ¿y qué es lo mejor que podría pasar?
—¿Por qué creés que es tan común que procrastinemos?
—Procrastinamos porque creemos que la travesía va a ser mucho más larga de lo que realmente es. Pasamos más tiempo preocupándonos por lo que tenemos que hacer, que haciéndolo. Así pagamos el costo extra que conlleva preocuparnos y desbordarnos por los “pendientes”. De esta forma estamos agrandando las cosas en nuestras mentes y creando ruido mental.

Una imagen de The minimalists: Less is now, el documental creado por Joshua Fields Millburn junto a su amigo Ryan Nicodemus (Foto: Netflix).
—¿Podrías explicarnos esto del ruido mental?
—El ruido o barullo mental usualmente tiene que ver con las emociones que percibimos como negativas: la apatía, el miedo, la lujuria, el orgullo, el dolor y el enojo. No creo que haya algo intrínsecamente malo en estas emociones. El problema es que a menudo nos aferramos a ellas; entonces nos manejan y entramos en esas rumiaciones constantes. Al aferrarnos al miedo, por ejemplo, sentimos miedo.
—¿Cómo podemos soltar?
—Solemos pensar en soltar como algo que podemos hacer. Pero soltar es en realidad algo que dejamos de hacer. No se trata de arrojar las emociones fuera de nosotros, sino de observarlas y preguntarnos: ¿estoy dispuesto a soltar? ¿Cuándo? Quizás no estoy listo y eso está bien también. Con tan sólo nombrar lo que me pasa, ya lo puedo ver y no queda escondido en mi corazón. A partir de ahí, puedo empezar el proceso de soltar.
—“Soltar no siempre es divertido, pero siempre es liberador”, has escrito en tu blog. ¿Podrías profundizar esta idea?
—En cierto sentido, soltar es el dolor de crecer. Es posible salir adelante y a su vez experimentar dolor. De hecho, no se puede sanar sin dolor, sea por una separación o solamente el dolorcito de dejar ir un mueble que ya no necesitamos. Experimentar el dolor es saber que estamos sanando.

«Cuando llevamos adelante algo significativo en nuestras vidas, usualmente es incómodo y ofrecemos mucha resistencia. Pero precisamente es en esa área donde más crecemos».
—El experto en ikigai Francesc Miralles ha dicho: “lo que nos aterra de la sencillez es que crea espacio para formularnos preguntas que nos da miedo contestar. Llevar una vida complicada es la excusa perfecta para no cambiarla”. ¿Qué pensás de esta idea?
Joshua me pregunta qué pienso yo acerca de la cita, y por unos minutos intercambiamos puntos de vista sobre la vida, del por qué llenamos nuestras agendas de eventos sociales, nuestras casas de cosas, nuestras mentes de malas noticias, nuestras vidas de personas y situaciones que no nos aportan nada positivo. Finalmente, dice:
—El silencio es esencial. Sin él, no tenemos nada. Cuando escuchas música, lo que en realidad hace a la música es el silencio entre cada nota. No hay belleza sin silencio. De cierta manera, al sumar mayor complejidad a nuestras vidas, en realidad estamos apagando la belleza que es creada por el silencio.
—¿Tu libro favorito?
—Libertad, de Jonathan Franzen. Es la novela perfecta sobre la vida interior y las cosas con las cuales lidiamos, a las que nos aferramos. Un libro bellísimo.
—¿Una última idea que quieras compartir?
—El minimalismo se trata de ser intencional con cualquier recurso que tengamos: dinero, posesiones, tiempo, energía, atención, habilidades. Ser intencionales con cada aspecto de nuestra vida es lo que nos permite vivir con mayor gratificación y plenitud.

gracias! fue una note super nutritiva… con líneas SIMPLES Y PROFUNDAS… pocas palabras, mucho para reflexionar… propio de un entrevistado minimalista. CLUTTER, SOLTAR ES DEJAR DE HACER, NO HAY BELLEZA SIN SILENCIO…
¡Qué lindo saber que dejó tanto en vos esta nota!