Simplicidad: otra manera de transitar la vida

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Por Clementina Escalona Ronderos

En 1845, un hombre decide establecerse solo en una cabaña en el bosque y convivir con la naturaleza. En 1962, un activista por la paz imagina que caminar es la mejor forma de difundir su mensaje. Y en 2010, una mujer le explica al mundo cómo el orden puede hacerte más feliz. Hablamos de Henry David Thoreau, de Satish Kumar y de Marie Kondo, personas que en distintas épocas y de diferentes maneras buscaron el sentido de su existencia a través de un denominador común: vivir desde la simplicidad.

En la actualidad, donde dadas las facilidades tecnológicas surgen nuevas formas de consumo y la vida se vuelve cada vez más práctica, seguimos buscando aprehender la esencia de lo simple. Asediados por notificaciones de celular y ofertas de compra, por exigencias propias y externas, vivimos desorientados, oscilando entre el bienestar y su polo opuesto como un péndulo. A raíz de la pandemia de 2020, mientras se registró a nivel mundial un aumento significativo en la venta de ansiolíticos y antidepresivos con y sin prescripción médica, la aplicación Calm, que cuenta con meditaciones guiadas, alcanzó su pico máximo de descargas. Cuerpo y alma nos hicieron notar la necesidad de tomar un respiro, pero En medio del ajetreo diario, ¿cómo habitar la simplicidad?

En el libro El encanto de la vida simple (Ediciones B), la autora Sarah Ban Breathnach expone que lo que más deseaba era “reconciliar mis más hondos deseos espirituales, auténticos y creativos y mis, a menudo, contradictorias y abrumadoras obligaciones”. Como tantos de nosotros, deseaba encontrar su equilibrio; buscaba, en medio del caos, descubrir la belleza de lo simple. 

La simplicidad como pregunta por nuestra vida

Cuando le preguntaron al escritor catalán Francesc Miralles, experto en ikigai —una práctica japonesa destinada a buscar el propósito de la existencia— por qué quienes vivimos en zonas urbanas tendemos a pensar que la paz sencilla de la vida rural es “una vida chiquita”, Miralles respondió: “No es que no queramos llevar una vida chiquita, sino que nos vamos cargando de obligaciones y compromisos para no preguntarnos qué clase de vida estamos llevando. Lo que nos aterra de la sencillez es que crea espacio para formularnos preguntas que nos da miedo contestar. Llevar una vida complicada es la excusa perfecta para no cambiarla”. 

Al instalarse en una cabaña en el bosque, lejos de cualquier comodidad, Henry David Thoreau buscaba descubrir lo esencial de la vida. Allí vivió la simplicidad al extremo y aprendió a encarar cada día de forma meditativa. En su libro Walden, escrito al regresar a la ciudad, describió: “la más elevada de las artes consiste en alterar la calidad del día (…) de esculpir y pintar la atmósfera a través de la cual miramos”. 

Simplificar nuestra vida es una tarea creativa. Es una búsqueda personal que nace a partir de una pregunta sencilla aunque poderosa: ¿cómo quiero vivir? 

Del orden externo al orden interno y viceversa

En su primer libro y posterior documental La magia del orden”, la consultora en organización nacida en Japón, Marie Kondo, profesó el arte de ordenar bajo un criterio principal: conservar las cosas que nos transmiten alegría. Deshacernos de lo que no necesitamos, dice, es una forma de desintoxicación, una celebración donde nos despedimos de lo que ya no resuena con lo que queremos para nuestra vida actual y damos lugar a lo que realmente nos evoca felicidad. 

Hebe Moirano (67, Licenciada en Administración  de empresas), decidió vender junto a su marido la casa donde vivían y mudarse a una más chica, con menos cosas. Elegir qué conservar la ayudó a poner foco en lo realmente importante. “Mi vida ahora es más liviana. Me dio mucho placer sentir que se puede vivir con mucho menos”, dice Hebe, quien define la simplicidad como “una vida más enfocada en lo real y también en lo disfrutable”.

Para los autodenominados minimalistas Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus, protagonistas del documental Minimalismo, lanzado en la plataforma Netflix en 2016, fue revisando sus posesiones materiales que comenzaron a liberar su espacio mental. “No se trataba solamente de deshacerse de cosas, sino de tomar el control de mi vida”, explica Nicodemus. Para ambos, ser minimalista implica “vivir deliberadamente: elegir lo que quieras traer a tu vida, sean posesiones, relaciones, o ver cómo usas tu tiempo”.

Cecilia Shilder (48, acompañante terapéutica, decidió alejarse de la ciudad y armar su vida en El Bolsón, Río Negro, hace 14 años. “Aprendí otras formas de vivir y de disfrutar la simplicidad del hoy. Te despegás del consumismo, de relaciones tóxicas y aprovechás para hacer lo que realmente amás”, dice.

Sea en detalles diarios o haciendo grandes movimientos, podemos hacer una pausa y preguntarnos: ¿cómo puedo simplificar mi vida?

La simplicidad, una elección

La simplicidad no se detiene en el plano de lo material, señala Satish Kumar, autor del libro Simplicidad Elegante (Icaria). “También necesitamos cultivar la simplicidad de espíritu, desarrollar una forma de vivir conscientemente en todos los niveles: mental, material y emocional”

En el texto breve “La mochila”, la psicóloga y autora Lorena Pronsky escribe: “Tenés tu mochila tirada y abierta en el piso. Vas a limpiar. A separar. A guardar. A quemar. Te vas a quedar solamente con lo que no querés sacarte de encima. Con eso que, ocupando lugar, te aliviana”.

Dentro de nuestras mochilas hay sueños, deseos, miedos, frustraciones, ideas fijas, objetos físicos; hay maneras de pensar, actitudes automatizadas, ataduras emocionales y más. Simplificar consiste en revisar qué llevamos con nosotros y tener el coraje de descartar lo que no nos suma y de conservar lo que sí. 

No es necesariamente una tarea sencilla. Aunque suene paradójico, la simplicidad conlleva en sí el proceso de su cara opuesta, la complejidad. Escribe el minimalista Millburn: 

“Fácil y simple no son sinónimos. Algo es fácil cuando se adquiere sin gran esfuerzo. La simplicidad, por otra parte, involucra bastante esfuerzo deliberado, intención, rigor, atención al detalle”. 

Podemos pensar que vivir desde la simplicidad es una decisión que requiere valentía. Incluso en medio de la adversidad, el desafío que propone la vida simple consiste en buscar hacer el ejercicio de observar desde otra perspectiva, salir de nuestros lugares mentales comunes, esos rincones en los que nos acurrucamos a pensar y repensar, muchas veces tan nocivos. Partir de la pregunta, “¿qué le agrega valor a mi vida?” y comenzar a elegir.

Una taza de té

Escribe el monje vietnamita Thich Nhat Hanh en uno de sus poemas:

El té es un acto completo en su simplicidad.

Cuando bebo té, estamos sólo yo y el té.

El resto del mundo se disuelve. 

No hay preocupaciones sobre el futuro.

No hay rumiaciones sobre errores del pasado.

El té es simple: hojas de té sueltas, agua pura y caliente, una taza.

Inhalo el aroma. Pequeñas y delicadas piezas del té flotando sobre la taza.

Bebo el té, la esencia de las hojas convirtiéndose en parte de mí. 

Soy informado por el té. Transformado.

Este es el acto de la vida, un momento puro, y en este acto la verdad del mundo es de pronto revelada.

Toda complejidad, dolor, drama de la vida es un pretexto, inventado en nuestras mentes para ningún buen propósito.

Estamos sólo el té y yo, convergiendo”

La invitación es a estar presentes, a poner en orden nuestras mochilas. 

A aceptar la propuesta de Thoreau de decidir sobre nuestros días. 

La elección es la de vivir la vida de una manera más simple.

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5 Comentarios

  1. carolina

    Hola..estos días estuve pensando en esto… en como ordenar… mis pensamientos y sentimientos… el texto ayuda. gracias

    Responder
    • mprey

      🙌 … «covertíos en puristas. Realmente, menos es más…» leía hoy por la mañana en mi lectura matinal EL CLUB DE LAS 5 AM de R Sharma… y me vuelve con toda la temática del Circulo de este mes. Gs Universo!

      Responder
    • Sabrina Garcia

      Hola! Que grato saber que te resulta útil. En el taller de hoy con Delfina vamos a charlar de esto mismo. Te esperamos!

      Responder
  2. maflorolleri

    Él verdad que el universo te muestra el camino. Este mes comencé leyendo “los cuatro acuerdos” que también trata de la simplicidad de palabras, emociones y sentimientos.
    Y el círculo Sophia me presenta lo mismo. Ese debe ser el camino 2023 💖

    Responder
    • Circulo Sophia

      Hola Flor. Muchas gracias por compartirnos esta linda sugerencia de lectura. Es un placer compartir con vos un nuevo año y que hayas elegido formar parte de Círculo para emprender este andar!

      Responder

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