OCTUBRE | ELEGIR 

Decidir, ese clic de consciencia 

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Las elecciones que hacemos nos transforman para siempre. Por eso, este mes te invitamos a conectar con tus deseos más profundos y ver más claramente qué rumbo tomar.

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No por nada estamos hoy acá, en este nuevo Círculo. Vos y todas las personas que un día tomamos la decisión de vivir la vida de otra manera, desde otro lugar. No es casual que un fuego imaginario nos encuentre aquí reunidos a su alrededor, iluminando con sus brasas ardientes nuestras pupilas. Las que ahora, por fin, pueden ver que siempre hay otras realidades posibles, otros caminos a la espera de ser descubiertos, y que las elecciones disponibles para nuestra vida nos pondrán en marcha, aunque dudemos, aunque nos tropecemos, aunque nos duela. 

¿Qué sería del ser humano sin la posibilidad de elegir? Esa falta de libertad haría de él un recluso, un esclavo, un alma condenada al encierro. Porque es en la toma de decisiones que avanzamos hacia el casillero máximo de la existencia: hacernos autónomos. Para lograrlo, tenemos que dar una respuesta a la pregunta tácita que se nos formula constantemente y que nos lleva a reflexionar sobre qué es lo que de verdad queremos. Para Víktor Frankl, es en esa respuesta donde reside nuestro crecimiento y nuestra libertad. Lo que nos conduce hacia un nuevo escenario, a otro nivel del juego. 

Es sabido que no podemos tenerlo todo. Porque en cada decisión que tomamos, que es una y no puede ser otra en simultáneo, siempre dejamos algo atrás. Decimos que no a una relación, a una casa, a un trabajo, a una oportunidad. Sentir la necesidad de abrir o no esa puerta es a la vez un acto lúcido y misterioso, que nos conduce hacia un territorio incierto. ¿Qué nos deparará nuestra elección? ¿Qué consecuencia tendrá en el itinerario de nuestra vida y también en el de otros? Imposible saberlo con certeza. Lo único que podemos adivinar al momento de elegir, es que se trata de una enorme responsabilidad que requiere que estemos presentes.

No obstante, también tenemos la opción de equivocarnos. ¿Por qué no? Errar es humano, dicen. Y es un hecho que muchas veces nuestros actos no se alinean plenamente con nuestros deseos, con nuestras creencias. ¿Qué más quisiéramos que hacer el bien allí adonde vamos? ¿Qué mejor que sembrar en el mundo que nos rodea un sinfín de cosas bellas? Pero no siempre nos sale bien. De pronto, algo nos mueve a comportarnos del modo menos pensado: hirientes, esquivos, egoístas… Nadie está exento de haber alterado alguna vez el pacífico acontecer de un encuentro familiar o de haber forzado una pelea empuñando un punto de vista inflexible, sin otra razón que la de creernos dueños de una verdad única y superior. ¿Quién no lamentó alguna vez elegir la ira o la soberbia?

Es que no es fácil discernir, porque hacerlo nos convierte en artífices de un destino del que somos protagonistas y observadores al mismo tiempo. Y es en nuestro afán de querer controlar que buscamos que nuestras decisiones siempre sean las correctas y que los mapas que trazamos nos conduzcan a un determinado lugar, perdiendo de vista la realidad máxima del acontecer humano: las elecciones que hacemos se insertan en un entramado mayor cuyo desenlace se escabulle de nuestras manos.   

Podemos llamarlo Dios, Universo, Energía, Cosmos, Madre Tierra. Pero poco importa el nombre. Lo que hay detrás de cada una de nuestras preferencias es una fuerza que inserta esa “intención” que formulamos en una dirección determinada, uniéndola al gigantesco cúmulo de acontecimientos que ordena y da coherencia a todos los movimientos, ya sean propios o ajenos, en esa totalidad que integramos. 

Frente a las preguntas que nos acechan en cada toma de decisión, la angustia es, como decía el filósofo francés Jean Paul Sartre, una realidad inapelable. ¿Elegimos de verdad? ¿Qué pasa si escogemos la opción incorrecta? ¿Podemos volver atrás? ¿Le haremos daño a alguien? ¿Nos lastimaremos a nosotros mismos? Nos gustaría creer que sabemos las respuestas de antemano, pero éstas escapan a nuestro poder. Sin embargo, aún en los momentos de vértigo o de naufragio, subyace una realidad luminosa: cada vez que elegimos salimos de la inercia y de la quietud. Nos movemos, pasamos a la acción. Y eso, claro, nos transforma. 

“Aún en la adversidad más profunda podemos elegir”, dice Flor Bárcena que, como siempre, nos invita a vivir una nueva edición de Encuentros del alma el último lunes del mes. Un espacio donde nos encontramos para hablar y escucharnos sin prisa, sin juicios, sin presiones. Una ronda donde hacemos de esta comunidad elegida ese bálsamo y ese abrazo que nos dan la fuerza necesaria para disponernos a vivir más plenamente.

Además, como ocurre en cada círculo, tendremos la oportunidad de desplegarnos a través de un taller en el que nuestra capacidad de decidir será el motor que nos permitirá reencontrarnos con esos anhelos profundos que viven en nuestro interior y que, si aprendemos a escucharlos, nos dirán por dónde ir.

Sí, octubre será, sin lugar a dudas, un mes muy especial: los argentinos vamos a hacer el clic de decidir, nada más y nada menos, a quiénes queremos que nos representen. Lo haremos con alegría, con esperanza, pero también con mucha responsabilidad, porque en las elecciones individuales reposa el compromiso colectivo. Y aunque no podamos evitar las tormentas, que seguro vendrán, un arcoíris brilla en el horizonte con la ilusión (y la decisión) de construir tiempos mejores para todos. ¡Que así sea!

Por María Eugenia Sidoti

 

Comunidad de Whatsapp

¿Existe el libre albedrío?

Por Borja Vilaseca* 

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"Discernir es animarse a vivir a la intemperie"

por Javier Melloni | Teólogo y atropólogo

“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino”. 

VIKTOR FRANKL

Filósofo austríaco (1905-1997).

Elegirnos a nosotros mismos

A la hora de tomar decisiones importantes en nuestra vida, siempre podemos valernos de estas herramientas. Te invitamos a quedarte con algunas (o con todas) las que te compartimos este mes.

Libros
El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl | Los cuatro acuerdos, de Miguel Ruiz | Un pequeño empujón, de Richard Thaler y Cass Sunstein | Pensar rápido, pensar despacio, de Daniel Kahneman | Cómo decidir, de Annie Duke | El elemento: descubrir tu pasión lo cambia todo, de Ken Robinson y Lou Aronica | Libertad de elegir, de Milton Friedman | Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll | Agridulce, de Susan Cain

Pelis
Oppenheimer | El imperio de la luz | Red social | La joven vida de Juno | Matrix | Abre los ojos | The Truman show | Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera | Mi vida sin mí | El árbol de la vida | Billy Elliot | La Sonrisa de Mona Lisa | En busca de la felicidad | El hijo de la novia | Derecho de familia |  Spotlight | Elemental y La Sirenita (animadas) | 

Series
Cami Conway (interactiva) | House of Cards | Borgen | El reino | Bonus family | Mad Men | Grey´s Anatomy | Sex Education | Grace and Frankie | Big little lies | Divorcio | Queer Eye | The Crown | Game of Thrones