«A medida que seguimos nuestra intuición, el cerco se abre, el camino se abre. Seguir la guía y la sabiduría del instinto es el camino real hacia el reino del alma». 

ANNE BARING

Analista junguiana y escritora inglesa.

🤍 ¿Qué estás aprendiendo sobre tu INTUICIÓN?

Durante marzo quisimos explorar ideas, propuestas, pensamientos y prácticas para ayudarte a bucear dentro tuyo y que descubras qué tiene para decirte (y cómo te habla) tu sabiduría interior. Nos encantaría que nos cuentes cómo lo estás viviendo y cuáles son los aprendizajes que, hasta acá, nos podés compartir. ¿Te gusta que hablemos sobre estas cuestiones? ¿Te transforma o moviliza de alguna manera? En abril seguiremos profundizando en este apasionante tema, para que no te olvides de hacer lugar a tu inteligencia intuitiva. 

¿Qué te gustaría decirnos? Nos encanta leerte, te invitamos a enviarnos un correo a hola@circulosophia.com

✨ATENDER EL LLAMADO INTERIOR

¡Gracias por acompañarnos en este círculo! En nuestro viaje, elegimos detenernos en una palabra que nos habla de ese saber instintivo que nos habita y al que no siempre prestamos atención. Descubrí el poder de tu INTUICIÓN. ¡Te compartimos el editorial! 

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Te compartimos nuestro editorial del mes, un viaje a través de la INTUICIÓN para que descubras todo el potencial que tiene este saber interior que todos tenemos y siempre podemos .

¡Qué lo disfrutes!

Atender el llamado interior

El alma es nuestro hogar salvaje. El bosque encantado donde habitan nuestros impulsos, nuestras intuiciones, nuestras emociones, nuestros anhelos. Allí encontramos sosiego, refugio y conexión con algo más grande que nosotros. Y es también desde ese lugar que nos llegan infinidad de preguntas, de respuestas, de llamados de atención que no provienen de la reflexión, sino de otra parte; de una experiencia vital mucho más honda que la de la razón.

Hay algo ahí adentro. Algo que, si agudizamos los sentidos, podremos identificar con claridad. ¿Cuántas veces percibimos ese latido, una voz interior que nos dice qué camino tomar, qué cosas dejar atrás o cuándo es el mejor momento para cambiar de rumbo? Esa brújula que marca un punto cardinal nuevo y que despliega ante nosotros la capacidad de redibujar el mapa de la vida. 

Hay quienes lo llaman “pálpito”, “corazonada” o “sexto sentido”. Y al ser intangible, no siempre le asignan demasiado fundamento. Pero sabemos que la intuición tiene una enorme relevancia para nuestra existencia y que forma parte del complejo entramado de sensaciones, emociones y pensamientos que nutren nuestro espíritu a diario desde que nacemos. “La intuición es la inteligencia del inconsciente”, dijo el psiquiatra Suizo Carl Gustav Jung. 

Según la cosmovisión de los pueblos ancestrales, de hecho, la intuición es el punto de partida para generar el conocimiento del mundo que luego se entrelazará con la reflexión, llenándonos de aprendizajes. Lo hemos experimentado libremente de niños, aun sin siquiera saberlo y, ya de mayores, lo atravesamos infinidad de veces, aunque no siempre dándole al razonamiento intuitivo un verdadero valor. 

Con una mano en el corazón: ¿de verdad nos detenemos a escuchar lo que tiene para decirnos? ¿Le prestamos real atención? No, no siempre. La mayor parte del tiempo dudamos, seguimos andando sin darle espacio, incluso llegando a bloquear ese saber que no llegamos a comprender del todo. O buscamos pruebas que acrediten que esa “voz” es válida universalmente, cuando la realidad es que se trata de una vivencia que cada cual experimentamos de manera subjetiva. No podemos transferir físicamente nuestras intuiciones a otras personas, como tampoco podemos recibirlas de ellas. Lo que sí nos resulta posible, es compartir lo que esa sabiduría nos entrega como un regalo del alma para que encontremos una mejor hoja de ruta.

Abundan los relatos que nos hablan de una sensación extraña antes de que ocurra un imprevisto, por ejemplo. O esa percepción que a veces nos asalta informándonos que en determinado momento o lugar ha cambiado la energía de una persona o del entorno.   

¿Pero dónde, en qué lugar del cuerpo, sentimos ese llamado? Eso dependerá de cada uno. Lo cierto es que se trata de un conocimiento más amplio que el que nos ofrece el intelecto y nos invita a creer que hay algo más.   

Aunque se ha asociado mayormente a lo femenino, la intuición es algo que todos traemos, varones y mujeres, y que siempre podemos desarrollar. Solo debemos animarnos a desplegarla y vencer cualquier creencia limitante que nos impida conectar con ella genuinamente. Por eso, en este círculo queremos acompañarte a que descubras más sobre este apasionante tema; un universo invisible que abre infinidad de interrogantes y que nos ofrece nuevas formas de mirar. No dejes de sumarte a Encuentros del alma, el espacio guiado por Flor Bárcena que este mes, más que nunca, podrá ayudarte a transitar todas esas nuevas búsquedas. 

El escenario no puede ser más fecundo: vivimos un tiempo que nos impulsa a transformarnos y que nos requiere más abiertos que nunca. Corramos los velos, dispongamos el corazón y dejemos de prestar tanta atención a los gritos del ego, para percibir los suaves susurros de la sabiduría que nos habita. Confiemos en que, más allá de lo perceptible, hay un universo lleno de magia al que siempre podemos entrar. Hagamos del momento presente esa puerta que nos llevará de regreso, por fin, hacia nosotros mismos. 

Por María Eugenia Sidoti

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¿Sos de guiarte por la intuición? ¿Hacerlo te ayudó en alguna oportunidad? ¿Cómo fue esa experiencia y qué te enseñó? ¿Y qué reflexión te gustaría compartir con otras personas sobre este tema tan apasionante?

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Aquí, ahora y así: un romance con el presente

Aquí, ahora y así: un romance con el presente

En esta nota, te recordamos 10 ideas que nos regaló Marina Lisenberg en el taller de “Mindfulness e intuición». La idea es que puedas estar cada día más presente y conectar con tu sabiduría interna, con eso que ya sabés…

 

¿Cuál es tu Estrella Polar?

Por Rick Hanson*
 

Hace tiempo, hice un retiro de meditación (en Spirit Rock, un lugar maravilloso). Una noche, mientras salíamos del salón después de la última sesión, me sentía nervioso y desconcertado. (Uno de los beneficios de un retiro, aunque puede resultar incómodo, es que remueve los sedimentos de la psique, lo que puede enturbiar las aguas mentales durante un tiempo).

Miré las estrellas que brillaban intensamente en la noche fría y clara y pronto noté la Osa Mayor. Mis ojos siguieron su señal hacia Polaris, la Estrella Polar, y una oleada de alivio me invadió. La estrella se sentía estable y tranquilizadora, algo con lo que se podía contar. Creo que conectó con una parte joven de mí que amaba el aire libre y aprendió a creer que mientras pudiera localizar la Estrella Polar, podría encontrar la manera de salir del bosque enredado y regresar a un lugar seguro. 

Mirando a Polaris, me pregunté: «¿Cuál es mi Estrella Polar?». Una respuesta me llegó de inmediato y otra segundos después. Inmediatamente me sentí mejor. Más tranquilo y resuelto. 

Quiero dejar en claro que es la pregunta lo que más importa y que las respuestas serán diferentes para cada persona. 

Cuando encuentres tu Estrella Polar, sabrás hacia dónde vas. Solo eso se siente bien. Además, tu Estrella Polar es (presumiblemente) saludable y vital, por lo que apuntar hacia ella traerá cada vez más felicidad y beneficio para tu vida y la de los demás. Y podrás soñar sueños más grandes y tomar más oportunidades en el camino, ya que si te perdés, tenés un faro al que enfocarte. 

La vida cotidiana es enredadora. Es muy fácil quedar atrapado en rutinas y obligaciones que gradualmente toman el control y marcan el curso de la vida. Puede parecer que hay un objetivo (preparar el desayuno, llevar a los chicos a la escuela, ir a trabajar, regresar a casa, preparar la cena, acostarse, repetir todo al día siguiente), pero en nuestro interior sabemos que no tiene ningún propósito profundo, ningún objetivo fundamental. No un objetivo que nos de claridad, significado y riqueza. Entonces la vida empieza a parecer vacía, y está más cerca de “pasarla” que de llegar verdaderamente a alguna parte.  

¿Cuál es la luz que te guiará fuera de tus propios bosques enredados, tanto de los bosques “allá afuera”, en el mundo, como de los que están “aquí adentro”, en el interior de tu propia mente? 

Encontrá un momento y un lugar que sean significativos. Quizás sentarte tranquilamente en tu casa con una taza de té, o en una casa de oración o, como yo, bajo el cielo nocturno. Ayudá a tu mente a asentarse y a tranquilizarse. Luego simplemente preguntá, sin decir palabra o en voz alta: «¿Cuál es mi Estrella Polar?». Quizás podés probar otras formas de hacer esta pregunta, como: «¿Qué es lo más importante?», “¿En qué debo fijar el rumbo de mi vida?”.  

También podés simplemente mantener la pregunta en el fondo de tu mente durante el transcurso de un día y ver qué surge. O mientras realizás una tarea agradable con las manos (como hacer jardinería, tejer o acariciar a un gato), formular la pregunta y ver qué surge. 

La respuesta puede ser suave y es posible que tengas que escuchar atentamente para oírla. Puede venir con la voz de un niño interior, o de un maestro, o con una simple claridad visceralmente persuasiva. La respuesta que recibí fue una sola palabra: Verdad, seguida de Amor, pero tus propias respuestas pueden venir en forma de un conocimiento sin palabras, una imagen, una sensación corporal o un recuerdo. 

Algunas personas (incluyéndome a mí) tienen varias estrellas polares, aunque normalmente están alineadas en la misma dirección para que no haya conflicto entre ellas. Y a veces una persona tiene una única Estrella Polar, un objetivo, un principio, que une todos los hilos de su vida. 

Está bien que tu Estrella Polar cambie con el tiempo. Pero sea lo que sea en este momento, dejá que te guíe. 

Esto significa tenerlo en cuenta, tal vez con un adhesivo amarillo en la heladera o anotándolo (tal vez de forma codificada, para tu privacidad) en la parte superior de tu lista de “tareas pendientes” del día. O podrías (como hago yo) volver a comprometerte con tu luz-guía cuando te despiertes por primera vez. 

Observar o imaginar las recompensas que nosotros y otras personas recibirán u obtendrán por seguir su Estrella Polar es otra pieza clave. ¿De qué problemas nos mantendrá lejos? ¿Qué alegrías y beneficios nos traerá y llegarán a su vez a los demás? Luego, sigamos dejando que estos buenos sentimientos y conocimientos penetren en nosotros, vinculados en nuestra mente a esa Estrella. 

Cuando estés en problemas o enredado, preguntate: “¿Cómo podría mi Estrella del Norte guiarme con esto? Desde este punto de vista, ¿cuál es la prioridad aquí y ahora?”. Tratá de aceptar esta guía; entregate a eso. 

Momento tras momento, siempre nos dirigimos en una dirección u otra. A medida que se suman, se convierten en el curso, para bien o para mal, de la vida de una persona. 

Que el rumbo de tu vida esté dirigido a tu propia Estrella Polar.

El Dr. Rick Hanson es psicólogo, miembro principal del Greater Good Science Center de UC Berkeley y autor de varios libros. Es el fundador de la Coalición Global de la Compasión y del Instituto Wellspring de Neurociencia y Sabiduría Contemplativa. Más info en rickhanson.com

“La intuición no puede explicarse y en ocasiones ni siquiera verbalizarse”

por Lidia Grammatico

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El castillo interior

por Graciela Caprarulo | Fragmento del libro El oráculo del héroe